martes, 26 de mayo de 2009

jueves, 21 de mayo de 2009

2005



Dale play a Panadería Lihué


Conocí a María en un lugar muy ajeno a mis gustos y a mi personalidad. Me pareció una chica extraña y un tanto triste. Sé lo que se siente, pensé. Me aproximé a ella toscamente, inicié una conversación trivial y le pedí su mail. Un año y medio más tarde le escribí, invitándola al teatro.

Accedió.

Luego de la obra, tomamos un café. Hablamos, como una hora y cuarenta minutos. No pareció aburrirse. Eso sí, no dejaba de notar tristeza en su mirada ida y en su voz grave y aporteñada, sin dejar de ser femenina. Las pocas veces que se reía alumbraba al mundo. Parecía sacada de otra época. Esperé un tiempo considerable (veinte días) para proponerle una nueva "cita". Y llegado el momento...

Volvió a acceder.

Nuevamente, fuimos al teatro y a la salida completamos el programa con porciones de tarta de frutilla y café con leche. Conversación. Reflexiones de medio pelo. Risas. Quince días más tarde, nueva invitación...

Y vuelve a acceder.

Increíble, esta belleza hippie volvía a acceder una y otra vez. Una vez en un bar, otra vez al cine... Yo no hacía nada. Me limitaba a entablar un díalogo que creía fluido, mencionarle su nombre muchas veces. Una vez, me invitó a subir a su departamento, estaba su compañera, así que no pasó nada. Es probable que si no hubiese estado, tampoco haya pasado nada. Allí sacó un instrumento rarísimo, creo que se llamaba melódica, y se puso a tocar algo muy deprimente. Su amiga la acompañó con una flauta.

Nunca le toqué un pelo.

Un día la volví a invitar y esta vez no accedió.

La vi de la mano de un tipo muy grandote, meses después.

lunes, 18 de mayo de 2009

Manuscrito hallado en una Mochila



Dale play al Verónica Montenegro's theme



Hola Verónica. Que esta carta haya sido escrita y que ahora esté en tus manos debe sorprenderte bastante. Espero que esa sorpresa te resulte agradable. Hace casi dos años que nos conocemos (de vista y de nombre, al menos) y nunca pude encontrar el momento apropiado para iniciar una conversación con vos. Estaría bueno que este manuscrito rompa el hielo. ¿No?
Hace unos meses, creo que en Junio, durante una clase apoyaste tu mano sobre mi hombro derecho unos veinte segundos, quizás veinticinco. Es un hecho que viene una y otra vez a mi cabeza. ¿Era alguna señal de algo? Porque yo lo tomé como una.
Otro suceso que no me deja de resultar curioso: un día alabé tu larga trenza, me miraste con una sonrisa media y huiste al recreo. Al otro día caíste a clases con el pelo corto. ¿Otra señal? ¿Señal de qué? Por favor, Verónica, me gustaría que me lo aclares porque no dejo de pensar ni un segundo en ello.
Últimamente te veo hablando mucho con Gabriel Aguirre, parece que se llevan muy bien. ¿Es tu novio? Porque si lo es, prometo no molestarte más.
PD: Es un crimen que te hayas cortado la trenza.
Edgardo Lucero

jueves, 14 de mayo de 2009

Sandra




Dale play a My Sweet Sandra


1999
Edgardo: ¿Hola?
Voz Femenina en el Teléfono: Hola... ¿Edgardo?
E: Sí, habla él...
VFT: Soy Sandra, Sandra Rusch
E: ¡Eh Sandra!
VFT: ¡Te llamaba para desearte un felíz cumpleaños, Edgardo!
E: Eeeh...muchas gracias Sandra...
VFT: De nada. Vos y yo tenemos muchas cosas en común ¿Sabías?
2003
Voz Masculina y Grave al Teléfono: ¿Holaaa?
E: Hola.. sí ¿Estaría Sandra?
VMGT: ¿De parte de quién?
E: De Edgardo, Edgardo Lucero.
VMGT: ¡Sandraaa! ¡Teléfono!
VFT: ¿Hola?
E: Hola.. ¿Sandra? ¿Te acordás de mí? Edgardo... ¡Edgardo Lucero!
VFT: Sí... ¿Cómo andás?
E: Bien... che... Podríamos juntarnos a tomar un café o unos mates, para ponernos al día... ¿Qué decís?
VFT: (pausa larga) Eh.. no, Edgardo. Estoy a full con la facultad...
E: Pero... ¿Te acordás cuando me llamaste en el '99? ¿Que me deseaste felíz cumpleaños y me dijiste que teníamos muchas cosas en común?
VFT: (pausa larguísima) Mirá, Edgardo, te agradezco mucho el llamado pero ahora me tengo que ir... me alegro que andes bien. Un beso che.



sábado, 9 de mayo de 2009

Vos sabés, cosas



Dale play a Calle Las Heras


Tenía diez años. Unas compañeritas habían organizado una fiesta de disfraces y todo el curso estaba invitado. Quería ir. Anoté bien la dirección y le pedí a mi papá que me llevara en el auto. Llegamos media hora tarde y no tenía puesto ningún disfraz.

Allí me di cuenta de dos cosas: 1)el resto de los invitados sí tenían disfraces.2) El resto de los invitados eran todas chicas. Esto último me inhibió completamente, y decidí no entrar a la casa. Mi viejo ya se había ido, iba a volver por mí en una hora y media o dos.

Pasé veinte minutos fuera de la casa y una de mis compañeritas salió a la calle. "Vamos, Edgardo, entrá". "No tengo ganas", dije. "Bueno, entonces me quedo acá con vos", me dijo.

Se llamaba Eliana Escudero.