martes, 9 de junio de 2009

¿Alguien lo sabe?



Dale play a La Muette


“Si no te hubiera amado más que mis ojos te hubiera odiado”
Catulo


Los huevos tirados contra la pared, 1, 2, la banana pegada al techo de la cocina que iba tornando en colores hoscos, un moretón en la mano derecha y ninguna pregunta sobre lo que era normal en la vida.

Se levantó con la ropa puesta, buscando los zapatos brillosos y con cuidado de no pisar, en las baldosas, esa lámina de saliva y alcohol. Había sido otra fiesta de esas en las que los hombres rugen gutural y violentamente como si se los hubiera comido un mono, recordaba gran parte de la noche mientras recorría el pasillo hasta el baño, el pasillo que dividía la habitación de Atilio y la de Lucas.

Cuando ellos despierten, pensó, no querrán limpiar semejante mugre, van a querer prender fuego la casa, como dicen siempre.

La primera vez que fue a ese departamento, sólo había una cama en el comedor y un colchón, ella tenía un novio que la golpeaba, ellos estaban recién comenzando a vivir de a tres.
Alfredo, Lucas y Atilio habitaban unas paredes sin muebles, sólo existían dos guitarras y un teclado, que Alfredito usaba como batería, pasaban el tiempo con charlas de cine bélico, algo de filosofía, comida exótica y códigos grupales.

La noche que los conoció, llegó con una cinta roja en la cabeza y su perra, al sentarse en el sillón (el colchón) lo miró a Atilio, con esos aires que pegan como trompadas en la nariz, no sabían que podía existir el amor.

Soportando el soliloquio de un tenista, un guitarrero con temas de los 90 que gritaba “viva la patria, viva Perón!” el fantasma de una extranjera entrometida, varios hombres y desencuentros, entre esa noche, primera noche, y la de hacía unas horas, habían pasado 2 años.
Ahora, en el pasillo, sin novio golpeador, sin perra, con el departamento lleno de muebles y sin Alfredo, ella recorría por última vez esa casa.

En vez de ir al baño, abrió la puerta de la habitación de José y lo vio dormir sin su novia, sintió deseos de acariciar su pelo, recordó su manía por los cabellos, aún cuando ella misma, la tarde anterior había rasgado su pelo con un tijeretazo de coraje y reía como poseída con el puñado castaño en una mano y la tijera en la otra, saltando y gritando temas de flamenco.

Siguió a la cocina, entre las botellas de gin y coca, recordó dos cosas que unían la primera noche en esa casa y ésta, una era los ojos de Atilio, sus pupilas dilatadas, la misma forma, tono e intensidad, y la otra, lo que ella no sabía, que iba a llegar por vez primera y de improviso a ese departamento y que esa tarde lo estaba viendo por última vez.

Arrastrando el dolor de cabeza, quería despertar a Atilio, que arrinconado contra la pared trabajaba el sueño profundo de un ebrio, quería exigirle tener sexo, morder su nuca y arrancarle los ojos, pedirle con un escupitajo que decidiera, que hablara, que hiciera otra cosa además de mirar y hablar de su viaje. Pero sólo regresó a la cama, le dio un beso en la cabeza recién rapada, juntó sus apuntes de literatura policial, y volvió al pasillo, miró ambas puertas, encendió un fósforo recordando el gin derramado y salió.

Yararán.

12 comentarios:

Edgardo Lucero dijo...

Yararán carece de blog, es por eso que posteo su respuesta al juego aquí. Creo que es un cuento doloroso y pesimista y aquí tienen cabida todo lo que sea doloroso y pesimista.

Ahora es su turno de designar a otras seis personas.

Mauricio De Benedetto dijo...

Me gusta el final pirómano, y me gusta la aparición aparentemente trivial del novio golpeador; he ahí los puntos altos del texto!
En fin, ya le dije todo por chat a la autora.

Yararán, mujer hermosa: un beso.

Lucero: lo saludo con afecto y espero un nuevo texto suyo.

Unknown dijo...

Hija mía, sin palabras! Al comienzo, me desconcertó el estilo, pero sobre el final va emergiendo el espíritu de la prosa yararanezca que conocía. Excelente. Adoro ese final! No hay nada más hermoso que ver arder el mundo! ah... esa foto la saqué yo, se acuerda m'hija? creo que fue antes del asunto de los pollos... sale muy linda, aunque le cortaron la cabeza, jejeje

Bendiciones a todos los lectores, mi relato estará esta semana.

Grado Cero dijo...

Amiga, muy bueno, la voz narradora va guiando el recorrido con tanta fuerza que me hizo caminar por ahí.

Dolorosamente bello.

luli dijo...

salvo lo de hosco…!

pero mierda cómo voy a empezar un comentario tirando mierda (valga la redundancia jaj!!)

me sumo al grito: amo el final pirómano!

besos mujer!

pd: no se me haga la rebelde y reabra el blogsss!

Javier Martínez Ramacciotti dijo...

Sofi me conoce, porque varias veces me pasó textos suyos. No voy a focalizar primariamente en lo bueno, sino en lo mejorable.
Si fuera un profesor de taller de escritura, recomendaría:
-la puntuación. No por respeto a la normativa sintáctica, sino por sintonía con el tempus emocional. Faltan puntos. La encomación encastra situaciones que para pegar más fuerte deberían estar más aislados por una respiración.
-Como bien dijo luli: "Hosco" es una palabra imposible. Suena a ogro pero no tiene su efectividad infantil "Hosco" la pronuncio y no puedo.
-En el nudo del cuento está la potencia. Te deberías haber detenido más en el detallismo de lo rememorado. Ahi está la materia narrable.
-El final: me encantó salvo lo que a todos les gustó: la huida piromaníaca. Demasia grandilocuente para mi gusto. Pero mi gusto es demasiado particular, así que no interesa.

En resumen. Con la puntuación acompañando el dolor ascético de la narradora, y la extensión de los flash-backs(y lo del final es discutible) intuyo un buen cuento realmente.

Si fuera profe en un taller literario te aconsejaría eso.
Pero no soy profe, ni nadie.
Así que podés obviarme con placer ja

Guillermina dijo...

Me gustó mucho este relato, si que si!!

Besito!

Yararán dijo...

A todos, gracias por los comentarios, por las críticas, todo aporta y sirve, para a que uno escriba o mande todo a la mierda!
Gracias a Lucero por poner mi textito en su blog.
No sé si ya estará Guillermina en el juego pero le paso el arma, dispare. No tengo más personas que escriban porque ya me las cagaron antes.
Un beso para todos y tiros en la frente
hoscohoscogoscohoscohoscohoscohosco

Guillermina dijo...

Bueeeeno, genial genial, voy a escribir otro relato!

=)

Unknown dijo...

Ay, éstas dos niñas! serán las próximas Thelma & Louis, jejeje

Scarlett dijo...

Hola, Edgardo.
Para cuándo un nuevo relato de tu autoría?
Un beso.

Michael Kane dijo...

El señor Lucero no posteará por un tiempo, le informo.

La próxima entrada de este blog estará firmada por mí.