sábado, 20 de junio de 2009

El Mentor del Dolor (parte II)

Seminario

"Edgardo, te busca un chico" anunció Ana Clara Lucero a su hermano. Ed estaba viendo en la pieza de sus padres una película instrascendente protagonizada por un rapero blanco y dio gracias al cielo católico por la súbita interrupción de su no-agenda. "¿Quién es" preguntó el niño mientras atravesaba el pasillo, "Un flaco fiero" informó Ana Clara mientras se introducía en su pieza.

En el living de los Lucero estaba el Mentor, parado en un punto equidistante con respecto a las paredes, prusianamente derecho y rascando ocasionalmente su mentón. "Vengo a proponerte algo ¿Puedo tomar asiento?", "Sí, sí" respondió un descortés Edgardo sin ofrecer té, café, o un vaso de agua.

El Mentor hizo visible su muy camuflada carpeta negra y la tomó como si fueran las tablas de Moisés, la abrió y sacó una hoja A4 blanca. De uno de los bolsillos de su camisa emergió un portaminas que una milésima de segundo después empuñaba su mando derecha. "He visto trabajos suyos, Lucero... y creo que hay algunos que tienen mucho potencial... ¿Sabe lo que es un Fanzine? Bien, no se haga problema. Un fanzine es una publicación hecha por aficionados a algún arte, disciplina o interés común. Si está interesado le sugeriría que replantee, redesarrolle y reinvente su material con el fin de ser publicado bimestralmente con una extensión no superior a las 14 carillas. El único cambio drástico que le voy a pedir es que le cambie el peinado a Miguel Angel Ratti (dibujó rápidamente a Ratti como Edgardo Lucero lo hacía: una cara masculina ovalada con una cascada de pelo rubio a lo Robert Plant) podría ser algo así ¿Qué le parece? (trazó un rostro masculino similar al Superman de John Byrne pero con un cabello militarmente corto) Ésta es una posibilidad..." Edgardo Lucero preguntó si podría tener algún rasgo más distintivo, como un aro o un tatuaje.

El Mentor le explicó que alguien con las convicciones anacrónicas de Miguel Angel Ratti, personaje que Ed había creado, no puede tener un aspecto tan llamativo.

Y tenía razón.


Por el reflejo de los lentes con marco redondo del Mentor, Lucero observó cómo Ana Clara pasaba rápidamente por el living y se dirigía a la cocina. También se percató del detenimiento de la vista del Mentor en la figura de su hermana, y de la indiferencia de Ana hacia el Mentor.


6 comentarios:

Scarlett dijo...

Devorado, como corresponde.
Cuándo sigue???
Cómo sigue???
Lo sigue Lucero o lo sigue Kane???

Frank dijo...

Che... Y Ana Clara... Está buena?

Luciano Brodsky dijo...

Yo conocí a Ana Clara. Está para partirla en 80 mil pedazos. Es parecida a Lucero, aunque linda. Algo más morocha, ojos verdes, un cuerpo digno de una ramera del infierno.

Grado Cero dijo...

Ana Clara, bello nombre.

Buenas entregas, che.

Ed, a ver cuando vamos al teatro con Yara, el que quiera que se sume.

besos

Edgardo Lucero dijo...

Cuando digas Grado.

Grado Cero dijo...

Bueno, Ed, no nos hemos cruzado vía msn, cuando quiera avisemé y vamos.

Ah puse un enlace del exquisito análisis de Leoncio sobre la gripe A en mi blog.

Abrazo